Romances, por orden cronológico
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La más bella niña
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Los rayos le cuenta al sol
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Ciego que apuntas y atinas
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Hermana Marica
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Las redes sobre el arena
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En el caudaloso río
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Érase una vieja
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Que se nos va la pascua, mozas
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En la pedregosa orilla
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Diez años vivió Belerma
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Amarrado al duro banco
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La desgracia del forzado
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Aquí entre la verde juncia
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Noble desengaño
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Aquel rayo de la guerra
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Entre los sueltos caballos
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Crïábase el Albanés
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Ensíllenme el asno rucio
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Escuchadme un rato atentos
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Levantando blanca espuma
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Ilustre ciudad famosa
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Triste pisa, y afligido
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Servía en Orán al rey
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Hanme dicho, hermanas
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Ahora que estoy de espacio
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Desde Sansueña a París
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Pensó rendir la mozuela
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Arrojóse el mancebito
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Lloraba la niña
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Famosos son, en las armas
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Frescos airecillos
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Dejad los libros ahora
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¡Qué necio que era yo antaño...!
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A vos digo, señor Tajo
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Castillo de San Cervantes
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Tendiendo sus blancos paños
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¿No me bastaba el peligro...?
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Murmuraban los rocines
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Moriste, ninfa bella
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Sin Leda y sin esperanza
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Despuntado he mil agujas
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Temo tanto los serenos
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¿Quién es aquel caballero...?
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Las aguas de Carrïón
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Sobre unas altas rocas
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En tanto que mis vacas
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¡Oh cuán bien que acusa Alcino...!
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Según vuelan por el agua
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En un pastoral albergue
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En dos lucientes estrellas
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En los pinares de Júcar
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Cuando la rosada Aurora
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Trepan los gitanos
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De Tisbe y Píramo quiero
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A un tiempo dejaba el sol
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Donde esclarecidamente
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Las flores del romero
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Los montes que el pie se lavan
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Esperando están la rosa
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En el baile del ejido
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Apeóse el caballero
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Aunque entiendo poco griego
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Saliéndome estotro día
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Tenemos un doctorando
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Cloris, el más bello grano
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No vengo a pedir silencio
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¡Cuántos silbos, cuántas voces...!
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Al campo salió, el estío
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Contando estaban sus rayos
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Cuatro o seis desnudos hombros
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De la semilla, caída
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Al pie de un álamo negro
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La ciudad de Babilonia
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Ojos eran, fugitivos
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¿Callaré la pena mía...?
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¿Quién oyó?
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Manzanares, Manzanares
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¡Cuántos silbos, cuántas voces...!
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Las esmeraldas en hierba
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Al tronco de un verde mirto
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Por las faldas del Atlante
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En la fuerza de Almería
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Con su querida Amarilis
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Minguilla la siempre bella
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En lágrimas salgan mudos
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Guarda corderos, zagala
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Las tres auroras que el Tajo
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Ave del plumaje negro
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La cítara que pendiente
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Quién pudiera dar un vuelo
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Nace el niño y, velo a velo
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A la fuente va, del Olmo
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Todo se murmura