37 |
(1583) |
Amarrado al duro banco |
de una galera turquesca, |
ambas manos en el remo |
y ambos ojos en la tierra, |
5 un forzado de Dragut |
en la playa de Marbella |
se quejaba, al ronco son |
del remo y de la cadena: |
«¡Oh sagrado mar de España, |
10 famosa playa serena, |
teatro donde se han hecho |
cien mil navales tragedias!: |
pues eres tú el mismo mar |
que con tus crecientes besas |
15 las murallas de mi patria, |
coronadas y soberbias, |
tráeme nuevas de mi esposa, |
y dime si han sido ciertas |
las lágrimas y suspiros |
20 que me dice por sus letras; |
porque si es verdad que llora |
mi captiverio en tu arena, |
bien puedes al mar del Sur |
vencer en lucientes perlas. |
25 Dame ya, sagrado mar, |
a mis demandas respuesta, |
que bien puedes, si es verdad |
que las aguas tienen lengua; |
pero, pues no me respondes, |
30 sin duda alguna que es muerta, |
aunque no lo debe ser, |
pues que vivo yo en su ausencia. |
Pues he vivido diez años |
sin libertad y sin ella, |
35 siempre al remo condenado, |
a nadie matarán penas». |
En esto, se descubrieron |
de la Religión seis velas, |
y el cómitre mandó usar, |
40 al forzado, de su fuerza. |
Amarrado al duro banco
Última actualitzación
03.07.2013
© Universitat Pompeu Fabra, Barcelona