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(1603) |
En los pinares de Júcar |
vi bailar unas serranas |
al son del agua en las piedras |
y al son del viento en las ramas; |
5 no es blanco coro de ninfas |
de las que aposenta el agua, |
o las que venera el bosque |
seguidoras de Dïana: |
serranas eran, de Cuenca, |
10 honor de aquella montaña |
cuyo pie besan dos ríos |
por besar de ellas las plantas; |
alegres corros tejían, |
dándose las manos blancas, |
15 de amistad, quizá temiendo |
no la truequen las mudanzas. |
¡Qué bien bailan las serranas! |
¡Qué bien bailan! |
El cabello en crespos nudos |
20 luz da al sol, oro a la Arabia, |
cuál de flores impedido, |
cuál, de cordones de plata. |
Del color visten, del cielo, |
si no son de la esperanza, |
25 palmillas que menosprecian |
al zafiro y la esmeralda. |
El pie, cuando lo permite |
la brújula de la falda, |
lazos calza, y mirar deja |
30 pedazos de nieve y nácar. |
Ellas, en su movimiento, |
honestamente levantan |
el cristal de la columna |
sobre la pequeña basa. |
35 ¡Qué bien bailan las serranas! |
¡Qué bien bailan! |
Una, entre los blancos dedos |
hiriendo negras pizarras, |
instrumento de marfil |
40 que las Musas lo invidiaran, |
las aves enmudeció |
y enfrenó el curso del agua; |
no se movieron las hojas |
por no impedir lo que canta: |
45 Serranas de Cuenca |
iban al pinar, |
unas, por piñones, |
y otras, por bailar. |
Bailando, y partiendo, |
50 las serranas bellas, |
un piñón con otro, |
si ya no es con perlas, |
de Amor las saetas |
huelgan de trocar, |
55 unas, por piñones, |
y otras, por bailar. |
Entre rama y rama, |
cuando el ciego dios |
pide al sol los ojos |
60 por verlas mejor, |
los ojos del sol |
las veréis pisar, |
unas, por piñones, |
y otras, por bailar. |
En los pinares de Júcar
Última actualitzación
03.07.2013
© Universitat Pompeu Fabra, Barcelona