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En lágrimas salgan mudos |
afectos, que hasta hoy |
ni aun en suspiros el alma |
al aire se los fïó; |
5 afectos que, el pie en un grillo, |
andan con el corazón, |
y se fueran por los ojos, |
a no revocarlos yo. |
Salgan por los ojos, pues, |
10 centellas sin esplendor, |
entre ondas, sin ruïdo, |
desmintiendo lo que son, |
que el recato aun al silencio |
señas teme, si no voz: |
15 tanta a la divina causa |
se debe veneración. |
Adoro en perfiles de oro |
dos bellas copias del sol, |
tan bellas, que él pide rayos |
20 a cualquiera de las dos; |
adórolas, y tan dulce, |
tan mental culto les doy, |
que no penetra sus aras, |
si no es la imaginación. |
25 Por no profanar grosero |
su sagrado templo, estoy, |
entre celos y temores |
que la envidia me causó, |
previniendo diligente |
30 el más luciente harpón |
que viste plumas de fuego |
en la aljaba del Amor, |
para ejercitarlo el día |
que ausencia haga, un garzón, |
35 más que yo, sí, venturoso, |
pero más amante, no. |
Entretanto, la lisonja |
me hurta a la emulación, |
que, a una deidad, el silencio |
40 mudo es adulador. |
En lágrimas salgan mudos
Última actualitzación
03.07.2013
© Universitat Pompeu Fabra, Barcelona