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(1590) |
Frescos airecillos |
que a la primavera |
le tejéis guirnaldas |
y esparcís violetas: |
5 ya que os han tenido |
del Tajo en la vega |
amorosos hurtos |
y agradables penas, |
cuando, del estío |
10 en la ardiente fuerza, |
álamos os daban |
frondosas defensas, |
álamos crecidos, |
de hojas inciertas, |
15 medias de esmeraldas |
y de plata medias, |
de donde a las ninfas, |
y a las zagalejas, |
del sagrado Tajo, |
20 y de sus riberas, |
mil veces llamastes, |
y vinieron ellas |
a ocupar del río |
las verdes cenefas, |
25 y vosotros luego, |
calándoos apriesa, |
con lascivos soplos |
y alas lisonjeras |
sueño les trajistes |
30 y descuido a vueltas, |
que en pago os valieron |
mil vistas secretas, |
sin tener del velo |
invidia ni queja, |
35 ni andar con la falda |
luchando por fuerza; |
ahora, pues, aires, |
antes que las sierras |
coronen sus cumbres |
40 de confusas nieblas, |
y que el aquilón |
con dura inclemencia |
desnude las plantas |
y vista la tierra |
45 de las secas hojas |
que ya fueron tregua |
entre el sol ardiente |
y la verde hierba, |
y antes que las nieves |
50 y el hielo conviertan |
en cristal las rocas, |
en vidrio las selvas, |
batid vuestras alas, |
y dad ya la vuelta |
55 al templado seno |
que alegre os espera. |
Veréis de camino |
una ninfa bella |
que pisa orgullosa |
60 del Betis la arena, |
montaraz, gallarda, |
temida en la sierra |
más por su mirar |
que por sus saetas: |
65 ahora la halléis |
entre la maleza |
del fragoso monte |
siguiendo las fieras, |
ahora, en el llano |
70 con planta ligera |
fatigando al corzo |
que herido vuela, |
ahora, clavando |
la armada cabeza |
75 del antiguo ciervo |
en la encina vieja, |
cuando, ya cansada |
de la caza, vuelva |
a dejar al río |
80 el sudor en perlas |
y al pie se recueste |
de la dura peña |
de quien ella toma |
lección de dureza, |
85 llegaos a orealla, |
pero no muy cerca, |
que lleváis suspiros |
y ha corrido ella. |
Si está calurosa, |
90 soplad desde afuera, |
y cuando la ingrata |
mejor os entienda, |
decidle, airecillos: |
«Bellísima Leda, |
95 gloria de los bosques, |
honor de la aldea: |
enfermo, Daliso |
junto al Tajo queda, |
con la muerte al lado |
100 y en manos de ausencia. |
Suplícate humilde, |
antes que lo vuelvan |
su fuego, en ceniza, |
su destierro, en tierra, |
105 en premio glorioso |
de su amor, merezca, |
ya que no suspiros, |
a lo menos, letra, |
con la punta, escrita, |
110 de tu aguda flecha, |
en el campo duro |
de una dura peña |
(porque no es razón |
que razón se lea |
115 de mano tan dura |
en cosa más tierna), |
adonde le digas: |
Muere allá, y no vuelvas |
a adorar mi sombra |
120 y a arrastrar cadenas». |
Frescos airecillos
Última actualitzación
03.07.2013
© Universitat Pompeu Fabra, Barcelona