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(1624) |
AL NACIMIENTO DE CRISTO NUESTRO SEÑOR |
Nace el niño y, velo a velo, |
deja en cabello a su madre, |
que esto de dorar las cumbres |
es muy del sol cuando nace. |
5 Leves reparos al frío |
son todos, pero más graves |
que los alientos de un buey, |
que, aunque calientes, son aire. |
De flacos remedios usa, |
10 que, a servirse de eficaces, |
estufar pudiera al norte |
la menor pluma de un ángel. |
Tiembla, pues, y afecta el heno |
cuanto pudieran prestalle, |
15 Colcos, en preciosa lana, |
Moscovia, en pelo süave. |
Parte corrige, la hierba, |
del rigor helado; y parte |
engaña, el sueño, negando |
20 sus faroles celestiales, |
mas luego los restituyen |
ganaderos, que los traen |
o resplandores que ignoran |
o conceptos que no saben; |
25 y, viendo en tanto diciembre |
que los campos, más fragrantes |
hace, un niño junto a un buey, |
que el sol en el toro hace, |
tañen en coros, tañen |
30 salterios pastorales, |
que por tïorbas y por liras valen. |
Tañen, todos los pastores, |
instrumentos que, sonoros, |
de los celestiales coros |
35 son dulces competidores; |
mereciendo sus amores |
que ángeles los acompañen, |
tañen en coros, tañen |
salterios pastorales, |
40 que por tïorbas y por liras valen. |
Más que no el tiempo templados, |
suenan dulces instrumentos; |
cielos trasladan, los vientos, |
auroras copian, los prados, |
45 queriendo en los más nevados |
que los abriles se engañen. |
Tañen en coros, tañen |
salterios pastorales, |
que por tïorbas y por liras valen. |
Nace el niño y, velo a velo
Última actualitzación
03.07.2013
© Universitat Pompeu Fabra, Barcelona