Con su querida Amarilis

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(1620)
 
 
A DON ANTONIO PONCE DE LEÓN Y CHACÓN, SEÑOR DE LA VILLA DE POLVORANCA, YENDO A COLMENAR
              
Con su querida Amarilis
va Danteo a Colmenar,
tan bella como divina,
 tan culto como galán.
5 No han dejado, no, su albergue,
y ya lo siente el lugar,
que, imaginada, su ausencia,
aun, induce soledad.
La sierra que los espera,
10 rejuvenecida ya,
la canas greñas de nieve
suelta en trenzas de cristal:
arroyos que ignoran, breves,
la monarquía del mar,
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no ya el prevenir delicias
a su cáñamo o sedal.
Frutas conserva en sus valles
(indulto verde a pesar
del tiempo) al docto garzón
20 y a la hermosa deidad.
Obediencia jura, el monte,
al venablo del zagal
y a las flechas de la ninfa,
que aun vuelan en el carcaj:
25 dará al valiente montero,
si no el cerdoso rival
de Adonis, la fiera alada
que las selvas en edad
venza, y en ramas, su frente;
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y a la bella montaraz
un corzo expondrá, en la forma,
y en la fuga, un vendaval.
Agradecida Amarilis,
flores las abejas más
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deberán a su coturno
que al novillo celestial.
De las cortezas, Danteo,
del alcornoque vivaz
fabricará albergues rudos,
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mas distinto cada cual,
a los enjambres copiosos,
que, políticos, harán
lo que su número breve
su economía, capaz [...]